Las personas seleccionadas
Este trabajo tanto ordena el mundo como exagera su caos. Con la cámara en un trípode, tomo muchas fotos, dejo las mejores y omito las otras. Las fotografías son compuestas, pero no han sido cambiadas, sólo seleccionadas. Mi trabajo se trata de la extrañeza del tiempo, de cómo ve la gente y del mundo sorprendente que sólo es visible con una cámara. Quiero capturar más vida, más personas, más tiempo y más verdad en mis fotografías. La fotografía, con su capacidad para grabar todo delante de la lente, es sólo un comienzo de este proceso. Las personas seleccionadas está inspirado en la fotografía de vigilancia, en los retratos de metro con cámara oculta de Walker Evans y en la serie Head de P.L. di Corcia; trabajos en donde la cámara espera que los sujetos salgan a la luz. Mi trabajo también observa la vida de la ciudad desde una posición fija, con la diferencia de que cada una de mis imágenes capta alrededor de una hora y es un compuesto de cientos de exposiciones. Para ello, pongo la cámara en un trípode y tomo cientos de fotos mientras la gente pasa. De vuelta en el estudio, elijo qué dejar y no hago otras alteraciones. El proceso refleja la forma en que la mente centra la atención en una cosa pero no en otra. Una persona que piensa acerca de la fotografía, por ejemplo, tiende notar a la gente con cámaras, más que a la que no las tiene. Este tipo de selección me permite tomar hechos objetivos –los rostros y cuerpos de las personas en la calle– y hacer algo nuevo y más subjetivo con ellos, al simplemente ordenarlos. Por encima de todo, quiero mostrar un mundo sorprendente, que sólo es visible con una cámara.