Whiteout
Tormenta de arena blanca
- Dina Litovsky
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El yermo vacío del desierto carece de sentimiento. No hay poesía en la superficie consumida, ni melancolía provocada por ráfagas de fina arena. En una playa o en un bosque, en una verde pradera o en la maravilla arquitectónica de alguna ciudad, uno se siente pasmado por la belleza del entorno, el liricismo de las asociaciones y los recuerdos. Pero en el repentino vacío de una tormenta de arena blanca en el desierto, únicamente hay soledad.
Mientras el sol es ocultado por el polvo y el horizonte se desdibuja, el primer momento ansioso de abandono se transforma en un sentimiento de libertad desmesurada. En este silencio vasto, desorientado, uno es dejado completamente a la inmediatez de la experiencia.
Es raro encontrar un espacio exento del ruido externo de la sobre estimulación. Pero es necesario para poder escuchar mejor el propio interior. El aislamiento de la tormenta de arena blanca trae consigo introspección y restaura los sentidos. La esterilidad del desierto se torna en oasis.