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La Fotografía periodística, la televisión y el futuro que ya llega

por Diego Goldberg

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Desde que la televisión irrumpió en nuestras casas para quedarse, fue compitiendo y ganando espacios a otros medios de comunicación como la radio, las revistas y los diarios. En otros tiempos éstos eran los únicos intermediarios entre los lectores y el mundo y la información sobre el hecho más banal o el lugar más exótico era devorado con apetito. Pero actualmente se viaja en cuotas por el mundo y la televisión en directo desde el espacio es cosa de todos los días: de allí que haya ido mellando poco a poco el poder, la efectividad y los contenidos de los diarios y revistas, por lo que estos han debido adaptarse a los nuevos tiempos,cambiando estilos y objetivos.

La fotografía periodística también debe competir con la televisión, tanto en sus contenidos como en los aspectos tecnológicos. Es una competencia intensa pero al mismo tiempo liberadora. La pintura, al aparecer lafotografía, arrojó el lastre que suponía ser el único vehículo de representación de la realidad, lo que le permitió renovar su lenguaje hasta límites insospechados. Los diarios de hoy traen noticias de ayer, que las más de las veces ya vimos en el noticiero vespertino de la TV. En consecuencia el lector está más interesado en la manera en que la información es tratada que en la noticia misma. Tanto para el texto como para las imágenes interesa sobre todo el análisis y el punto de vista. La fotografía periodística en los diarios, entonces, puede despojarse de la necesidad de reflejar toda la cotidianeidad que ya se vió por televisión.

Las fotos deben ofrecer al lector una visión original, distinta de la que ofrece la televisión. Tienen que sorprender y sintetizar: los fotógrafos tienen que mirar los bordes de los acontecimientos y detrás de la escena. Tiene que producir imágenes que sorprendan, que emocionen, que hagan descubrir aspectos ocultos de la realidad, que no se olviden fácilmente. El chorro de imágenes televisivas cotidianas son el "fast food" de la información, una vez digeridas pasan rápidamente al olvido. Por el contrario, cuando la fotografía periodística se potencia con algún aspecto informativo, emotivo o estético permanece en la memoria.

La fotografía es una poderosísima herramienta de expresión y el fotógrafo, además de documentar el evento frente al que se encuentra, puede y debe utilizarla como tal. No basta con registrar el hecho de manera supuestamente objetiva: detrás de esa aparente asepcia se esconde las más de las veces la desidia. Las fotografías periodísticas son muchas veces el producto de las circunstancias, cuando el evento es tan extraordinario que su mero registro garantiza su grandeza. Pero las imágenes que lo grande es correr el telón de la obviedad sólo pueden ser el producto de un gran esfuerzo: además del dominio del lenguaje fotográfico en el manejo de la composición y de la luz, se requiere un ojo atento y perceptivo, un conocimiento de la realidad, un punto de vista; en fin, las capacidad y las ganas de decir algo sobre lo que se fotografía.

En cuanto a lo tecnológico, este ejemplo puede servir para imaginar el futuro. Hace unos días la portada del Clarín nos mostraba de manera contundente, con una fotografía, como Canigia estaba en clara posición fuera de juego en el partido contra Huracán; invalidando, por lo tanto, el penal y posterior gol que convirtió Martínez. Clarín tenía 4 fotógrafos, pero la imagen no había sido tomada por ninguno de ellos (El Gráfico había enviado a 10 y tampoco pudo obtener ese documento, quizás el más importante del partido). La fotografía había sido "extraída" del videotape de la emisión de Fútbol de Primera mediante una computadora adecuada a tal fin.

Como es obvio, no se puede pretender que los fotógrafos cubran todas y cada una de las jugadas desde todos los ángulos como para que nada se les escape, de allí la necesidad de recurrir a la televisión, que registra con varias cámaras desde distintas posiciones la totalidad de un partido. No es esta la primera vez en que se utiliza una imagen de la TV cuando no se posee una fotografía de un hecho que se quiere mostrar. Y no será ciertamente la última: esta es una tendencia que irá acentuándose con el desarrollo tecnológico. Porque lo que el futuro nos depara, sin duda, es un replanteo de la práctica misma de la fotografía periodística.

La primera discusión que surgió con la llegada de la fotografía digital (computadoras, scanners, cámaras sin película) fue acerca de la manipulación de la imagen fotográfica y de sus contenidos. Esta fue una discusión necesaria, pero ya está casi saldada: luego de los primeros intentos de alteración de fotografías por medio de estas nuevas técnicas los anticuerpos del sistema (dentro y fuera del periodismo) funcionaron y hoy es una práctica desterrada de los medios, aunque nadie está a salvo de una mala praxis, tanto en el uso de las fotos como en los textos.

Sin embargo, el desarrollo de nuevas tecnologías tanto en la generación de las imágenes como en su almacenamiento y transmisión presagian cambios más profundos. En una primera etapa, el reportero gráfico cibernético llegará a la cancha de fútbol con su cámara de video de alta definición de tamaño similar a las cámaras fotográficas tradicionales: un fotograma de dicha cámara tiene la misma definición que un negativo de 35 mm. Se ubicará en los lugares que estime son los mejores según su experiencia y talento y en lugar de tomar fotos fijas hará tomas cortas de video, por ejemplo registrando una jugada completa de gol, desde el inicio de la misma hasta el festejo. De regreso a la redacción, mirará el resultado de su trabajo en una computadora y seleccionará la imagen perfecta para ilustrar la nota.

En una segunda etapa, seguramente transmitirá en directo su trabajo a la redacción y el editor fotográfico ira seleccionando las imágenes a medida que éstas llegan. Más aún, el editor, que estará en comunicación permanente con el fotógrafo (en realidad camárografo gráfico) podrá sugerirle acentuar tal o cual aspecto de la cobertura según las necesidades cambiantes de la redacción. Por primera vez, el manejo del "instante decisivo" pasará de las manos del camarógrafo al editor. Se habrá terminado una manera de trabajar que dependía no solo de los reflejos del fotógrafo sino también del azar.

El movimiento de alianzas entre grupos de comunicación que se verifica globalmente (Disney/ABC, Time/Waner, Grupo Murdoch) pretende, entre otras cosas, potenciar lo que cada polo creativo produce. De allí que, en una tercera etapa, es posible que el editor fotográfico de un diario seleccione las fotografías que necesita para el sección deportes directamente de la transmisión de alta definición del canal de televisión del grupo, liberando al fotógrafo de tener que documentar los aspectos más técnicos del juego. Además, cuando se haga realidad el periódico electrónico distribuído, por ejemplo, a través de Internet, al apretar el ratón sobre una fotografía que aparece en pantalla se podrá activar la secuencia de video que muestre la jugada en su totalidad.

Estas especulaciones se refieren, por supuesto, a determinados eventos, particularmente todos aquellos temas en los que la acción prime y haya muchos elementos de difícil control como manifestaciones políticas, deportes, espectáculos, etc. El camarógrafo gráfico cubrirá cierta información, y el reportero gráfico seguirá utilizando la cámara tradicional (digital, con capacidad de transmisión, pero de imágenes fijas) para otro tipo de producciones: el reportaje, la fotografía documental, el retrato, la moda, etc.

En unos y otros casos seguirá siendo necesario su talento y su capacidad para contarnos como ve el mundo.



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