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El
Ermitaño busca la verdad con sosiego y prudencia. Para ello
cuenta con el apoyo de la lógica y de la paciencia que le permiten
extraer luz de una sabiduría que se esconde, profundamente velada
en la materia. Se recoge sobre sí mismo; sabe que esta es la única
puerta para entrar en la vida, en lo otro. Tú, ¿la has abierto?
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