La fotografía estenopeica es para mí una herramienta más, una forma distinta de abordar el tema.

Utilizarla tiene algo de lúdico. Es una forma de volver a las fuentes. Es intuitiva y gestual. Es contemplativa.

Para algunos, la evolución tecnológica deja de lado al ser humano, desnaturalizando el acto fotográfico; y la fotografía estenopeica sale a luchar con este pensamiento tecnócrata.

Un aspecto importante es la posibilidad de diseñar y construir las cámaras, que es una forma de no estar sujeto a la cultura “consumista” impuesta por la industria fotográfica.

La fotografía estenopeica tiene limitaciones, como todo sistema, pero ella posee características propias insustituibles, que constituyen sus virtudes. La imagen estenopeica está formada por pequeños círculos, lo que le aporta esa suavidad propia.

Posee una perspectiva central, que la óptica no le confiere a la imagen fotográfica. La fotografía estenopeica tiene otra forma de registrar el tiempo. Las cámaras fotográficas congelan el tiempo, las cámaras estenopeicas registran lo que sucede en un periodo de tiempo. La imagen estenopeica no capta momentos, ni situaciones, sino que los genera.

Son varios los temas que me gustan registrar en forma estenopeica; me siento cómodo fotografiando temas arquitectónicos con la cámara oscura, cosa que muy poco hice con la fotografía convencional. Fundamentalmente me interesan las construcciones humildes, y las realizadas con materiales rústicos o nobles, como el barro y la piedra, que tienen mucha afinidad con la naturaleza estenopeica.